Vuelve y revuelve

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Autoroute du Soleil.

 

Después de más de 1400 kms, atravesando países que nunca pisé como Luxemburgo, me planto por sorpresa en casa, en España. Suelo despistarlos con la fecha del viaje para que no se preocupen durante el trayecto. Recorrí 1000 kms a ciegas, donde la niebla lo cubría todo, pasando por una gran urbe como Lyon en Francia, la ciudad de donde eran la mayoría de mis primeros compañeros en Suiza, los tunecinos, que me acogieron en su pandilla como uno más, contándome sus problemas y anhelos, compartiendo su comida aquella vez que se me olvidó llevar mi comida al trabajo. No se lo pensaron ni un segundo en darme fruta, pan, legumbres, todo lo que tenían a mano. Digo esto después de saber que han abatido a aquel tunecino en Milán, aquel que arrolló con un camión a los transeúntes en un mercado navideño de Berlin. Estúpidos hay en todas partes, y buenas personas, para mi esperanza y consuelo, también.

Los otros 400 kms restantes de mi viaje los pasé disfrutando de las vistas, del cielo azul, del sol. El nombre de la autopista venía al pelo, Autoroute du Soleil. Llego a Mataró, al barrio donde mi crié, todo sigue igual como lo dejé, sólo que parece que un poco más viejo, sólo un poco, igual que sus gentes. Que si fulanito se ha muerto, que si menganito se ha casado y tiene dos niñas, que si menganita está muy enferma… A veces se me olvida mirarme al espejo y reconocer que no soy una excepción.

Al día siguiente de llegar me pasee disfrutando del sol, como los viejos. Si en verano voy por la sombra, en invierno voy por el sol. Miro hacia arriba y cierro los ojos. Me pone las pilas el Lorenzo, entiendo a los guiris ahora más que nunca. No se trata de la comida mediterránea, de la variada y rica naturaleza del lugar, de los precios, de una cultura milenaria… es el sol, el clima influye en la gente para lanzarse a la calle y vivirla en todo momento. El sol hace que los problemas diarios, aunque sean reales, sean relativos, para nuestra suerte y consuelo. Voy camino de ser un guiri más, de tomar como costumbre el puente aéreo entre Düsseldorf y Barcelona. Los precios de los billetes son irrisorios. 39 €, 49€, 59€. Bienvenidos a la era del low cost.

Como siempre, que vuelvo a España, empiezo a pensar cómo me lo monto para ver a gente. Siempre pierdo los primeros días, y los últimos  quiero verlos a todos de pocas tacadas. Son fechas muy señaladas, es complicado ver con tranquilidad a toda la gente que a uno le apetecería. En enero voy a aprovechar para bajar a Extremadura, una cosa que tengo pendiente desde hace como una década, que se dice pronto. Visitar a la familia, incluso a la que no conozco. Visitar Mérida, Cáceres o el valle del Jerte, el destino de los madrileños para los fines de semana donde un millón y medio de almendros florecen dando paso a la primavera. Incluso si queda tiempo podemos visitar Sevilla que queda relativamente cerca.

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Almendro en flor en el Valle del Jerte.

Escribo esta líneas intentando digerir todo lo comido entre la Nochebuena y la Navidad. Queda muy lejos mi Norte, lo que será mi nuevo hogar a partir de ahora. Sobrevuelan más planes, como visitar las tierras de los antiguos vikingos el próximo año. Parece que me gusta pasar frío, pero sólo lo parece. Esta y muchas otras cosas quedan pendientes para el nuevo año. Me quedan muchos kilometros que hacer todavía por España y de nuevo por Suiza y Alemania, donde espero hacerme un hueco, un camino a seguir. Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Antonio Machado

5 comentarios en “Vuelve y revuelve

  1. Ai mi abue que se pone todo ñoñito!
    Disfruta de las navidades con los tuyos que te lo mereces y acuérdate de no dejar mucho tiempo esto abandonado! Que tu nietecita necesita leer cosas interesantes!! Haha
    Un besazo enorme desde Galicia 😘

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    1. Cuando lo acabé de escribir pensé un poco lo mismo. Pero qué le vamos a hacer! Pipiola, siempre hablan los que menos deben, la reina de las ñoñas eres tú y tú hermana, jeje… lo diferencia es que os doblo la edad!

      Un besito nietecita, desde Matraró!

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  2. ¡Ay, caminante! Suprimiendo los orígenes, me reconozco en cada palabra que escribes. Yo también he vivido la falta de sol y sus consecuencias en el estado de ánimo. Es inmediato. El día que toca cielo despejado y un poquito de calor se ven las calles con una vida y una alegría…

    Y lo de volver a casa por Navidad, como el almendro, o en cualquier otra fecha, y pegarte unos días de retiro/pijama, y luego quedar con todos a las prisas que poco más y tienen que pedir número para verte. Ayyy caminante, ¡un abrazo!☘️☺️

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