El genio de Fernando Fernán Gómez

Cuando hablo de genio, no se confunda con su carácter, o mala hostia, sino de la capacidad de crear dentro del mundo del cine y la literatura, ya sea escribiendo, dirigiendo o actuando. Todo lo hacía a conciencia, se esforzaba en hacer el mejor trabajo posible. En su faceta como director de películas, me parece de una valía y valentía encomiable.

He visto muchas películas en las que ha actuado y algunas que ha dirigido, pero, curiosamente, dos de sus obras maestras, no las había visionado, «El extraño viaje» 1964 y «El mundo sigue» 1965. Luego entendí porqué nunca las vi por la tele, son brutales, especialmente «El mundo sigue» . En «El extraño viaje» alterna entre la comedia, el suspense y el drama. Con una Rafaela Aparicio entrañable, un Jesús Franco, que luego acabó siendo el director más prolífico del cine español, interpretando a Venancio, el hermano de Paquita (Rafaela Aparicio), los dos hermanos dominados por su hermana mayor, Ignacia, arisca y mala víbora como pocas. La escena del guateque, los pueblerinos bailando twist, un Carlos Larrañaga espléndido como músico de la orquesta, medio galán medio truhan. El suspense por el ¿qué pasará después? Ingredientes que bien podrían ser de una peli Hitchcock, pero a la española. No sé, no es la peli española habitual, me parece muy moderna en su manera de filmar.

Al año siguiente rodó «El mundo sigue», donde también actúa, interpretando a Faustino, un camarero obsesionado con las quinielas, que ignora y maltrata a partes iguales a su mujer, Eloisa (Lina Canalejas), una actriz que no tenía el gusto de conocer y está bárbara. Eloisa y Luisita (Gemma Cuervo) son dos hermanas que se llevan como el perro y el gato, se llevan a matar. Eloisa muy de su casa y madre de tres hijos, algo desgraciada por la relación con su marido, y Luisita, una chica obsesionada en buscar el mejor partido, el hombre que le ofrezca más, a cambio de cariños, todo sea para salir de la pobreza.

En la película se trata el aborto, el adulterio, el juego, los malos tratos, el machismo imperante de aquellos años por parte de los hombres, donde la mujer tiene sortear día sí, día también a babosos que le hacen propuestas deshonestas y comentarios fuera de lugar. La película es el retrato de una sociedad que daba por hecho conductas ahora más que reprobables, pero que en su día, era lo más normal. Que Fernán Gómez se atreviera a poner el dedo en llaga, a señalar esas miserias, me parece de una valentía descomunal. Como era de esperar, sufrió los ataques de la censura, no pudiendo estrenarla hasta dos años después y sólo en un puñado de cines. No era una película amable, era, y sigue siendo, difícil de ver, es dura. Por otro lado, me parece una maravilla ver el ambiente que se respiraba en el Madrid de principios de los sesenta, las escenas en los exteriores, en calles tan castizas como las de Madrid ya son un punto a favor para verla. Esta película, según he leído por ahí, sólo la han dado por la tele una vez, ¡una vez!, y es una joya del cine español. La han convertido en película de culto o maldita, ninguneada para el gran público mejor dicho.

El mundo sigue

Todo esta maratón de películas que dirigió Fernán Gómez viene porque antes que estas dos, vi por casualidad en Prime vídeo otra peli de culto de él, «¡Bruja más que bruja!» (1977) una gamberrada de película, una especie de película musical, entre la zarzuela y la opereta, donde cuentan la historia de amor de Juan (Paco Algorta) y Mariana (Emma Cohen), que al volver Juan del servicio militar se ve truncada porque el Tío Justino (Fernando Fernán Gómez), el cacique del pueblo y tío de Juan, se había casado con Mariana. De ahí a que acuda la pareja de amantes a la tía Larga, una divertida Mary Santpere interpretando a la bruja del pueblo. Y todo eso cancioncita va cancioncita viene con sus coreografías y todo. Lo que digo yo, entre lo delirante y lo bizarro, pero Fernán Gómez lo hizo aposta, como un divertimento.

Después, siguiendo con el maratón temático sobre su obra, visioné «Viaje a alguna parte» 2021, la peli documental que hizo Helena Llanos, la nieta de éste, donde homenajea a su abuelo y a su pareja, Emma Cohen, rebuscando en su casa, con infinidad de documentos y objetos de los dos, un material que se ha dispuesto a estudiar y ordenar, aunque le lleve años la tarea. La peli es algo onírica, se mezclan imágenes y conversaciones de los dos junto con escenas de ella en la casa que ha heredado de sus abuelos.

Lo mejor de todo es que la obra actoral y como director y guionista es tan basta y excelsa, que todavía puedo sorprenderme gratamente con su filmografía, la de un tipo que en sus últimos años lo recuerdan más por sus monumentales cabreros en público, pero que viendo estas películas, diría que llevaba a modo de protección esa máscara de hombre malhumorado, pero visto lo visto, tenía la sensibilidad a flor de piel para empatizar con infinidad de injusticias que sufre tanta gente. Lo dicho, un genio.

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