Con el invierno dando sus últimos coletazos de frío, resistiéndose a dejarnos en paz y dar paso a la primavera, recupero la afición más bloguera de Perdido en el Norte, contar mis impresiones tal y como me van llegando.

Volver a Alemania después de tanto tiempo en España y de tantos viajes y visitas a otros sitios se me hace raro. Pero todo tiene su fin, como cantaban Los Módulos. De vuelta a los días grises, a las lluvias inesperadas, las clases de alemán,  los eternos paseos en bici… Toca planear qué hacemos con nuestro tiempo. El mayor plan que debería tener todo el mundo.  Acabo de empezar a trabajar y ya tengo que pensar qué fechas quiero irme de vacaciones y cuantos puentes quiero aprovechar.

El camino al trabajo es uno de los más fáciles y placenteros de todos los trabajos que he tenido. Poco menos de 14 kms donde desde casa sólo me encuentro un par de semáforos. El resto es una carretera con curvas sinuosas, con prados verdes y campos con todo tipo de plantaciones. Sobre todo cultivan espárragos por esta zona. Los grandes molinos que generan electricidad se vislumbran al fondo. Por la noche los puedes ver a un buen puñado de kilometros de distancia por sus luces rojas. Las casas de los bauers (los granjeros) que son muchas, la inmensa mayoría están equipadas con placas solares. Esto último ya lo he comentado más de una vez, pero es de lo más destacable, que la alternativa de la energía solar es más que viable y rentable puesto que tienen placas el 80 % de las casas que veo. Y en España negándonos esta alternativa a golpe de decretazos. Creo sinceramente que en el extranjero se deben reír de nosotros por no aprovechar nuestros recursos en cuanto al sol (y a tantas otras cosas) resumiéndolo todo a que sean las compañías eléctricas, una mafia pura y dura, la que se aprovecha de nosotros.

Dortmund

El pasado fin de semana estuvimos en Dortmund. No es la primera vez que pasamos el fin de semana allí. Esta última vez pudimos ver cómo de animado está el centro un sábado. El barrio de Kreuz Viertel es el más animado de todos, con bares, restaurantes, cafeterías de todo tipo, locales de ocio y todo tipo de propuestas que campan por sus calles de edificios bonitos y señoriales, con árboles inmensos en medio de una gran ciudad como es Dortmund.

Antes de irnos, en la mañana del domingo, aprovechamos para visitar una de las zonas nuevas de la ciudad, el Phoenix See, un despropósito en mi opinión. Un montón de casas nuevas de corte moderno, pero feo, de lo más feo y kitsch que he visto en mi vida. Todo ese complejo inmobiliario tiene un lago artificial en el centro. Han creado un lago artificial para crear un ambiente. Han creado un puerto, igual que lo han hecho en Münster. De la nada se sacan un puerto con un paseo para sus terracitas y demás. En ese momento me acuerdo inevitablemente de los lagos de Suiza y sus paseos, y sobre todo del Brienzersee, el lago que podía ver desde mi casita de madera todas las mañanas. El lago más azul y limpio de todos los lagos que he visto.

Musicopatía alemana

En fin, seguiremos conociendo cosas nuevas de este país y de los países vecinos que me rodean.  Dejo por aquí un par de videoclips de temas súper conocidos en Alemania. El primero es el segundo éxito más grande de Nena, la de  99 Luftballons , tal vez uno de los éxitos más conocidos en el mundo entero de una artista alemana. La cosa tiene miga, resulta que es una canción protesta, ponía de relieve la situación de la guerra fría de los ochenta. Ahí dejo un fragmento donde explican la historia de la canción en Wikipedia:

Carlo Karges, el guitarrista de la banda de Nena, se encontraba en un concierto de los Rolling Stones, donde vio cómo soltaban unos globos. Al moverse estos hacia el horizonte notó como cambiaban la forma del conjunto, y en lugar de parecer globos le parecieron una especie de nave espacial, y se preguntó qué pasaría si éstos flotaran a través del Muro de Berlín hacia el lado comunista de Alemania. Tras esta experiencia escribió «99 Luftballons».

Pero me apetecía poner este segundo éxito que vi como bailaban como locos en la fiesta de una boda alemana,. Irgendwie Irgendwo Irgendwann.

Y aquí dejo otro éxito un poco más antiguo, de mediados de los setenta de Udo Lindenberg, todavía en activo. Esta canción se escucha todavía con bastante frecuencia por las radios de aquí, es un clásico.