Yo no hice el viaje, el viaje me hizo a mí

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¿Qué te llevarías a una isla desierta?

Esta pregunta nos la hicieron en la escuela  hace muchos años. La excusa no era otra que realizar una redacción, un inventario de las cosas estrictamente necesarias, las más importantes para cada uno. No tengo ni idea de lo que puse, pero estos días ando haciendo eso, un inventario sobre qué es necesario y qué no. Mudarse de país es como la isla desierta.

Cuando llegué a Suiza vine con ropa de verano e invierno, algunos CDs, mi portátil, algún libro y algo muy importante, un buen paraguas. Y ya. Estuve durmiendo los tres primeros meses en un colchón inflable. Los tres primeros días bien, al cuarto o al quinto ya me clavaba los riñones en el duro suelo. Todos los comienzos tienen estas incomodidades. Después de esos tres meses me mudé a un estudio que me costó sangre sudor y lágrimas que me lo alquilaran. Ser extranjero y recién llegado hacen que seas la peor opción para los caseros. Hala, vamos al Ikea. Una cama, una silla, una mesa, un par de sartenes, unos cazos… ¿y platos?, los justos, estoy solo en este país, no espero visitas en esta miniatura de estudio, cuatro de cada y arreando. A día de hoy sigo teniendo los mismos.

Aprendí a vivir con lo estrictamente justo en pocos metros cuadrados. Y en realidad no me hacía falta mucho más. Hoy, después de más de cinco años tengo unas cuantas cosas más, pero no puedo llevármelo todo, ni necesito todo lo que he almacenado en estos años. Donde voy ya hay cosas. Toca hacer inventario.Vender los muebles, y pararse a pensar qué es lo que uso realmente y qué no.

Una mudanza es como la vida de una persona, necesitas hacer un inventario de tus cosas, de tus problemas y anhelos. Necesitas soltar lastre, como en un globo, para ser ligero y poder volar más alto.

«Quién mucho abarca poco aprieta»

Y así podríamos seguir tirando del refranero y con las metáforas forever and ever. ¿Y tú?, dispones de un espacio reducido, ¿qué te llevarías a un nuevo país? Recuerda que no se trata de un viaje, no es de ida y vuelta. Como dijo una vez mi amiga Cathy Claret, los viajes, los verdaderos, son sólo de ida.

3 comentarios en “Yo no hice el viaje, el viaje me hizo a mí

  1. Esta entrada es preciosa, y será por la coincidencia de que ambos salimos de nuestro cálido y alegre país, pero me siento tan identificada con lo que cuentas…

    El minimalismo es algo muy presente en mi vida, y cuando andas cambiando de casa cada cierto tiempo, es una premisa indispensable, solo lo necesario!

    Qué bueno leerte 🙂

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