Pues es muy sencillo, poniendo títulos tan dirigidos a llamar la atención como este que acabo de poner.
Hace unos días leí como comentaba Marta, la autora de La libreta Roja, residente en Alemania también, que después de nueve años escribiendo en su blog, ha perdido un poco las ganas de seguir publicando cosas, ha perdido la ilusión. En parte por la falta de tiempo y la falta de feedbacks. Vamos, que mucho escribir, ¿para qué?, si parece que no hay reacciones de los posibles lectores sobre lo que ha escrito. Todo parece augurar que los blogs están quedándose a un lado debido a las redes como facebook (que también está perdiendo fuelle), el Instagram, los podcast y como no, los vídeos de Youtube.
En mi humilde opinión, creo que no va a ser tan fácil que desaparezcan del todo, por varias razones.
La independencia y libertad para escribir y crear contenidos
Las redes te ofrecen unas herramientas y una casi instantánea difusión entre tus amigos y toda su marabunta de usuarios para que lean tus escritos o vean tus fotos o vídeos. Pero tienen sus propias reglas y se guardan ciertos derechos para usar tu trabajo y tus visitas en su beneficio. Viven precisamente de eso, sin nosotros no son nada. Y no al contrario como nos quieren hacer creer.
Leer es tan viejo como adictivo
A la persona que le gusta leer, leerá todo lo que le llegue a sus manos, o en este caso a sus ojos o pantalla del móvil. La escritura consigue crear un mundo que el autor recrea con mayor o menor éxito, para luego el lector sumergirse en su lectura y crear un nuevo mundo dentro de esa lectura usando su imaginación. Eso es la hostia y no tanto filtro para los stories de tu red social. El problema es que con tanto de todo, incluido un servidor, nos despistamos fácilmente y nos vemos incapaces de leer todo lo que quisiéramos. Porque tenemos demasiadas alternativas a nuestra disposición. No se trata de leerlo todo, no es una carrera. Se trata de elegir en la manera de lo posible qué te apetece o interesa más leer. Por eso un bloguero no puede esperar que lo lean todos cada punto y coma de lo que uno escriba. Primero tienes que disfrutar escribiendo, y si disfrutas y de verdad crees en lo que estás escribiendo puede ser interesante y le pones un poco de cuidado para ser entendido, el lector lo agradecerá. Tal vez no cientos de miles, pero tal vez llegues a un buen puñado de lectores.
¿Cantidad o calidad?
Si le preguntaras a un experto en SEO, te diría que los contenidos obviamente tienen que tener cierta calidad, pero te recordarían que cuanto más publiques y más regularmente lo hagas, mejor. Y no deja de ser cierto. Buenos contenidos y cierta regularidad a la hora de publicar. ¿Pero para qué? ¿para alcanzar simplemente más visitas?, ¿ser reconocido tu trabajo?, ¿o para tal vez abrir la posibilidad de rentabilizar ese flujo de visitas?
Sinceramente, y hablo siempre desde mi opinión. Me da una pereza tremenda vender mi tiempo y trabajo sólo por un puñado de dolares, escribiendo cosas que no me interesan. Toda esa historia de monetizar tu trabajo le quita el encanto que encontré en los blogs allá por el 2002, cuando descubrí este mundo de bitácoras online.
El mundo de blogs en España hace 20 años
Allá por el 2001 andaba participando en foros de música y leía otros de otros temas. Ese era mi feedback con el mundo cibernético. Hasta que un buen día entré no sé bien donde buscando una letra de Terence Trent D´Arby. Entré en un blog que parecía ser que lo escribía una chica catalana que no sabía bien porqué escribía sobre sus cosas y dejaba letras de canciones y muchos links y demás. A la derecha del blog, en la columna podían leerse un montón de títulos llamativos de eso que llamaban blogs. Empecé a clickar aquí y allá y casi todos me parecieron interesantísimos. Creativos, inquietos, con ganas de comunicar y compartir. En los primeros meses, curioseando, llegué a blogs americanos donde podía ver en sus archivos que ya escribían desde 1997 algunos. Como siempre, a nosotros nos llega la ola después. Todo eso fue pasando con el tiempo y se convirtió para muchos de los bloggers en una obligación. Aquello de publicar por y para su «audiencia». Craso error. Meterse esa presión, empezar a escribir por escribir. Hacer rondas por la blogosfera comentando en otros blogs. Comentarios en la mayoría de los casos insulsos para luego recibir, eso sí, la visita de vuelta con el correspondiente comentario a tu último y magnífico post. Un ego trip de cuidado. Quién no haya hecho esto que tire la primera piedra.
¿Por qué escribo en blogs? ¿Por qué escribir libremente?
Escribo en un blog porque me gusta escribir, y ser leído, claro está. Pero no pido que se me lea, y no uso tretas como el título de este post. Sé perfectamente como aumentar mis visitas, de qué temas hablar para aumentar considerablememente el flujo de visitas, pero no me interesa, eso si sería una pérdida de tiempo. Escribir en blogs para mí es un sano ejercicio, de poner en orden cosas que tienes en tu mente, decorarlas, jugar con en ellas. Es un ejercicio íntimo el de la escritura que muestras cual exhibicionista. Con el afán de entretener, compartir impresiones sobre cualquier tema y sobre todo pasárselo bien. Si no te lo pasas bien nada tiene sentido. Esto último se puede aplicar a todo en la vida.
Con este post animo a Marta y a todos los autores de blogs que escriben y les gusta escribir, que no os desaniméis, si realmente os gusta. Que todo es cíclico y todo tiene su momento. Que no pasa nada por parar. Y si realmente quieres volver a escribir y compartir tu conocimientos e impresiones con el mundo, ¡adelante con ello!
Nice!
Te conocí siendo Burdon y escribiendo sobre y de música desde el jergón, y te sigo desde entonces.
No digo que sean mejores ni peores, pero eran distintos aquellos blogs, habiendo de todo. No había esa cosa de la monetización (que me gusta tan poco como a ti) y en general eran blogs para leer.
Los de ahora son… No sé lo que son.
Te lo dice alguien que ha monetizado no su blog, que es tan pobretón como siempre, pero sí su habilidad (llamémosle así) para escribir posts y ahora escribo en un blog corporativo.
Yo también animo a tu amiga Marta, a quien no conozco, a seguir con su blog, que no he leído, pero me pica la curiosidad. Echaré un vistazo.
Y te animo a ti también, amigo, a seguir mucho tiempo con el tuyo. A pesar de nuestras diferencias políticas, generacionales, etc., te admiro por seguir escribiendo cosas interesantes, bien escritas y también por tu peripecia vital.
Un abrazo. Y otro a Msrta
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Pues ahora que lo dices, eres uno de los blogueros de entonces sí. Lo de sacar rendimiento económico si estuve un tiempo cobrando por ello, y razonablemente bien. Pero no podía venderme por mucho tiempo más. Lo que si conseguí fue un buen puñado de discos que me regalaban los grupos y artistas o las discográficas que contactaban conmigo. Eso para uno que le gusta descubrir música nueva era un tesoro.
Marta seguramente estará eso, colapsada por el trabajo y no se puede estar motivada siempre. Pero al que le gusta escribir, más tarde o temprano vuelve, reencarnado en cualquier otro blog en cualquier otra plataforma. 🙂
Lo de las diferencias políticas está ahí, pero si algo he aprendido, y más estando tantos años fuera, es saber empatizar y a ponerme en el lado del otro, a respetar. Aparte de eso, y de la diferencia generacional, nos une la música y eso ya es un gran paso.
La pericia vital parece que no tiene fin. Un día de estos escribo un libro de todos estos años lejos de tanta gente y de todo lo que conocía. Pero faltan unos cuantos capítulos que están todavía por escribirse, los que le darán sentido a todo. O eso espero!
Un abrazo, Jorge, Wolffo. Gracias por tus palabras.
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