El Tutti Frutti es una amalgama de cosas o asuntos dispares, una pasta con diferentes tropezones de frutas confitadas y entre otras cosas, el título de uno de los temas más famosos de uno de los pioneros del Rock & Roll que nos ha dejado esta semana.
Tutti frutti también significaba gay en el argot. En el caso de Litle Richard fue un verdadero Tutti Frutti en cuanto a sus escarceos sexuales a dos bandas, sus practicas de voyerismo viendo desde el asiento de atrás cómo sus amigas se lo montaban con hombres en el coche… y entre toda esa revolución de hormonas y lascivia estaba la música. Primero el gospel y luego algo tan nuevo que ni siquiera tenía nombre y que luego popularizó para las masas un blanquito, un buen chico.
La letra del Tutti frutti es tremenda, más explicita que muchos de los temas reguetoneros de ahora. «Tutti Frutti, buen culito / Si no entra, no lo fuerces / puedes engrasarlo, para facilitarlo».
Los padres del Rock & Roll, Jerry Lee Lewis, Chuck Berry y Litle Richard tenían un denominador común, sus conductas sexuales depravadas, más aún para aquellos tiempos y una agresividad y sexualidad en sus temas inéditos en la historia de la música.
«Tutti Frutti», «Long tall Sally», «Lucille», «Good golly Miss Molly», «Rip it Up», «Slippin´and Slidin». Recetense uno de sus temas y gocenlo, tanto como Richard Wayne Penniman.
Bye bye Litle Richard, Rest in peace
Un Tutti Frutti es este blog, que comenzó siendo una especie de diario de mis días en Alemania, y que ha mutado a la idea más primigenia de un blog, escribir un poco de todo, sin ser monotemático. Dicen que de cara a las visitas es bueno escribir sobre un tema concreto. La gente y Mr Google lo valoran más, van a por un tema en concreto, no les gusta los Tutti Frutti. Últimamente he estado en contacto con sites donde aportan contenidos culturales temáticos, cine, literatura, tv, historia… para barajar la posibilidad de colaborar con ellos. Han echando un vistazo a este blog y llegan a la conclusión que no saben bien donde puedo encajar, que les gusta, pero me temo que esta «indefinición» lastra mis posibilidades de ubicarme en algún sitio. Pero es igual, creo que me gusta mi estilo, que por encima de los temas me gusta contar historias, buenas historias a ser posible.
A veces me siento una ardilla voladora del Canadá, que salta y planea metros y metros de distancia de árbol en árbol, de aquí a allá. ¿Porqué quedarme en un mismo sitio?
Lo que me vengo a enterar leyendo tu entrada. Y yo indignada hace poco porque pasan temas de reguetón en la radio a cualquier hora y son explícitos y al rock siempre lo tacharon de depravado…y vienes con Tutti Frutti y me tengo que tragar mis palabras jajaja. Da igual ¡viva el rock, dejen de pasar tanto reguetón en la radio aghhh!
La reflexión final me ha gustado muchísimo, personalmente me encanta que tu blog sea como es. Las ardillas voladoras son muy pizpiretas, mira que felices son yendo de aquí para allá 😉
Saludos 🙂
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Little Richard de haber sido de esta época habría sido un reggaetonero excelente, era puro fuego. Hay otro ejemplo de otro de los padres del rock, Chuk Berry, donde en una de sus canciones si letra venía a decir que jugaba con su «Ding a ling» a todas horas. Esto lo cantaba a mediados de los cincuenta. Imagínate la cara de las familias blancas americanas al escuchar eso por la radio. 😄
Saludos Coremi, qué bueno descubrirte cosas, aunque sea para romper mitos. 🙈
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