Aprovechando mi racha de días ociosos, el otro día vi una de las pocas películas que me quedaban por ver de Charles Chaplin, Shoulder arms (¡Armas al hombro!) recomendada por Antonio en su Diccineario. Fue la primera película que escribió, produjo, dirigió y protagonizó, como no podía ser de otra manera viniendo de un genio. La película se rodó en 1918, al acabar la primera guerra mundial. Me parece increíble que pudiera rodar una película donde hace un alegato antibelicista, contando lo absurdo de las guerras donde en nombre del patriotismo y de la gloria mandaban a morir a la gente en las trincheras. La película está llena de gags, muy al estilo Charlot, pero deja en evidencia lo absurdo de las guerras. Bien por Chaplin.

Y de oca a oca, acabo por decidirme a ver una película que llevo toda la vida oyendo hablar de ella, pero como tantos otros títulos, dejo en el cajón para cualquier otro momento. Nunca es tarde si la dicha es buena. Es la primera obra maestra de Stanley Kubrick, Senderos de gloria, protagonizada por Kirk Douglas interpretando al coronel Dax.

Primera Guerra Mundial (1914-1918). En 1916, en Francia, el general Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esa misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, decide imponer al regimiento un terrible castigo que sirva de ejemplo a los demás soldados. (FILMAFFINITY).

Técnicamente son impresionantes las escenas para haberlas filmado en 1957 con ese avance de los soldados franceses en las trincheras. Con escenas crudas sobre el miedo a morir, agazapados, para luego por no querer tomar la colina de las hormigas, su objetivo, porque sabían que era un suicidio la intentona, pasan a ser juzgados a muerte por el alto mando francés. Las conversaciones entre generales sin escrúpulos, la defensa de la inocencia y la valentía de sus soldados por parte del coronel Dax, que en un momento del film le espeta al general Mireau una cita muy apropiada aún a día de hoy.

«El patriotismo es el último refugio de los canallas.»

Samuel Johnson

La película es tremenda, cruda, como todas las guerras, injusta. Canallesca, como bien apunta Samuel Johnson en su cita. El final de la película, sin dialogo, donde solamente canta una muchacha alemana (la que luego sería la mujer de Kubrick). Y no quiero entrar en más detalles por respeto a los que no hayan visto la película. Capta perfectamente la injusticia y la barbarie de las guerras venga del bando que venga, recordando que todos somos humanos y compartimos los mismos sufrimientos.

pd. Mi experiencia militar, lejos de las guerras, lejos incluso de mi casa, en el continente africano, vienen a dar la razón a lo absurdo del razonamiento militar. Donde se anulan los razonamientos e imperan las ordenes de los superiores. No en vano pasé por el calabozo un par de veces, 20 días arrestado en un calabozo por incumplir el reglamento, por ponerme contra la espada y la pared, algo muy dado en el mundo castrense.

La película «Sendereros de Gloria» se puede ver aquí.

Y «Armas al hombro» aquí.