Estos días ando aprovechando que el otoño se está comportando y nos está dejando disfrutar del espectáculo del otoño. Me muevo por acá, en el Niederrhein, o Baja Renania, a las puertas de la región de Münsterland (siempre me encantó este nombre). Su capital es Münster, la ciudad de las bicicletas de Alemania. Y de bicicletas va la cosa.

He vuelto a usar mi bicicleta holandesa de tres marchas. Hoy, aprovechando el buen tiempo, he hecho una ruta de 17 kms tomando una de las numerosas rutas que tienen para bicis. Caminos de tierra y a ratos asfaltados que te meten por bucólicos campos y impresionantes bosques que justo ahora, al empezar a caer las hojas y ser un abanico de colores típicos de otoño, hacen que el paseo sea una gozada. Lo sé, debería ilustrar con fotos esto que cuento, pero últimamente me dejo de fotos y simplemente pedaleo y disfruto del paisaje. Las casas de klinker, como se les llama a las casas de obra vista, de ladrillos vistos vaya. Los bauers, los granjeros, tienen unos casoplones de aupa, el campo da dinero por estos lares, sino no me lo explico. Qué bien preparados están.
Estos días, las aves migratorias vuelan en formación, en forma de flecha, siguiendo al líder. Van al sur, en busca de tierras más cálidas. La naturaleza es sabia. Emigran por necesidad. Tanta ingeniería y tanto progreso y no nos diferenciamos tanto entre un hombre y un pájaro.
Dejo por aquí el link de un álbum de fotos del fotógrafo Georg Sauerland dedicado al otoño en la Baja Renania. Es tal y como se ve en esas fotos.
Maravilloso lugar.
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The bird formation always amazes me. Good thing the weather was clear for you go out. 🙂
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They say they fly to take advantage of the fluttering of each other to tire less when flying.
The weather is unpredictable around here, but nothing important that is not solved with a good waterproof jacket.
Regards Kutukamus. 🙂
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