Seguimos con la captura de veletas. Seguimos con el mal tiempo. Mañana teóricamente será el último día de lluvias, de vientos y tempestades. Dicen que el viento omnipresente de la Tramuntana en el Alt Empordà, influye en el carácter de sus lugareños, siendo un poco pasados de vueltas, con ciertos ramalazos de locura por culpa de no amainar nunca el viento. Estas tres semanas de tormentas y vientos han echo estragos, sino materiales, físicos y psicológicos para los que lo hemos sufrido.
Pero a lo que iba, aquí van mis últimas capturas de veletas. La primera la encontré a la entrada de mi pueblo, el innombrable. Curiosamente, nunca me había percatado de ella hasta ahora. Se trata de la figura de una paloma. Si se observa en la foto de más abajo, se puede ver que la casa es un palomar, de ahí el significado de la veleta. Fin del misterio.
La siguiente veleta es otro caballo, como no hace mucho publiqué, como el de Rhade, pero este está en mi pueblo también. Algo muy común por estos lares.
Y por último, dando una vuelta rápida con el patinete eléctrico que me compré, el cacharrito que me ayudará a moverme por las siguientes ciudades que visitemos, avisté una veleta minimalista y a la vez enigmática. En mi pueblo también. Un gato negro. ¿Quién vivirá en esa casa? Gargamel?, ¿o la bruja de Hansen y Gretel?
Y eso es todo por el momento. Tengo localizadas dos veletas más en el pueblo de al lado, pero todavía no he podido cazarlas como es debido. Una de ellas se perfila con una gran historia detrás.
Buenas. Qué monadas las veletas. Para seguir con esta tendencia animalista, te diré que tengo pendiente pasarte una foto de una veleta con forma de cerdito rechoncho.
Un abrazo. (Salto a la siguiente y sigo leyéndote).
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Mi querer ese cerdito rechoncho, wuiii! Mi gustar que me leas con buenos ojos. 🙂
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El viernes paso por allí, y te pillo al cerdito 😜.
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