
Han tenido que pasar unas tres semanas para que volviera a escribir algo por aquí. La razón es previsible, no hay gran cosa que contar. El trabajo anda bien, el curso de alemán también, el tiempo poco a poco también… pero si un pero puede tener vivir en un sitio tranquilo es eso, que es demasiado tranquilo. Salir de la rutina es toda una odisea.
Nuestra última visita relevante ha sido Zutphen, al este de Holanda, a unos 100 kms de nada. Merece la pena el paseo. Como ya dije en el post de nuestra última visita a Holanda, salta a la vista el mimo con el que cuidan sus casas, por dentro y por fuera, la naturaleza, el verde te rodea por todas partes. El ambiente se respira distinto. El tiempo está loco, tal y cómo siempre he oído que ocurría en los países del norte. Ahora sale el sol, ahora hace calorcito, fuera chaquetas, ahora una nube tapa el sol, corre el aire y hace frío, y así todo el día. Así son estos países, de quita y pon.
Zutphen es la novena ciudad holandesa más antigua, según la amiga Wikipedia. También dicen que aguantó bien los maltratos de las guerras mundiales, no fue devastada por completo, sólo algunas zonas. Las casas estrechas, pequeñas, pero de grandes ventanales. La gente en la calle, los típicos puestos de pescaditos fritos y pommes frites con mayo. Las flores, muchas flores, y a buen precio. El mercado, sobre todo de comidas, le da mucha vida a la ciudad. Pasear por la ciudad, entrar en las tiendas, tomar algo por aquí y por allá, comer en los puestos del mercado, hacer muchas fotos, lo típico de un turista.
Paseando nos encontramos a un holandés que parecía que quería vendernos algo pero no, nos abordó así, por las buenas. Rondaba los 50 años, sin un pelo en la cabeza, ojos azules y de buen año, bien alimentado. Nos pregunta primero en holandés, le dice Simone que somos españoles. La miro con cara de extrañeza. Le pregunta a Anja si ella es española también, y le dije que no, que es alemana, que ellas dos son alemanas, que el español soy yo. – ¿Pero hablan español? Ahí quedó confundido el hombre por un momento, pero los sorprendidos fuimos nosotros al escucharlo hablar en un perfecto español. Hablando hablando nos enteramos que había vivido 20 años en Mallorca, pero que también había vivido en Madrid, en Vallecas. Un holandés en Vallecas, da para el título de una película. Le reconocí cierto acento catalán y todo antes, bueno mallorquín, no se me ofendan los mallorquines. Y en fin, después hacerme poner nostálgico hablando de España, de Barcelona y sus bondades, corto el rollo y les recuerdo que íbamos a algún lado, que nos movieramos. – Tschüss! Al lorito con lo que se habla en Alemania y sobre todo en Holanda, que mucha gente sabe español.
EXPRESIONES ALEMANAS Y CURIOSIDADES VARIAS
Como no hay gran cosa que contar más de mis visitas, puedo comentar expresiones que estoy aprendiendo desde que estoy aquí, que ni de coña se dicen en Suiza.
Mahlzeit!
Esto es lo que se suele decir en el norte de Alemania concretamente para la gente mayor… a la hora de desear buen provecho a el que esté comiendo. El Guten appetit es demasiado finolis para ellos. Mahlzeit! Pero lo que me chocó es que se dice también aunque no estés comiendo en ese justo momento, siempre que sea a la hora de la comida, al mediodía o después del mediodía o así. No entiendo porque mezclan una cosa con la otra, pero ahí está.
Wunderbar (o dicho así, bundabá!)
Si en Suiza se dice mucho el típico «tip top» para decir que algo está bien o muy bien, en Alemania el wunderbar, bundabá para que os hagáis una idea de como se pronuncia, es el pan nuestro de cada día. Todo es bundabá, que viene a decir que es estupendo, maravilloso, perfecto, fabuloso, fantástico… me suena tan, pero tan alemán… no sé si algún día me saldrá decirlo como si nada como el tip top.
Los verbos de situación y dirección.
stellen/stehen : colocar/estar situado en posición vertical, legen/liegen: colocar/estar situado en posición horizontal.
Esto en España no existe. Dejas algo, un objeto, lo que sea, y ya. En Alemania tiene una palabra distinta para diferencias como dejas ese objeto, si en vertical o horizontal. A ver quién los entiende.
No usan servilletas.
Esto es serio. Si ya me tuve que acostumbrar en Suiza que sólo servían pan en los restaurantes para la ensalada, aquí es que ya ni te ponen servilletas a la hora de comer, sólo en las comidas «especiales», o eso o unos morros de cerdo con pringue a tope. Sino limpiate o chupate los dedos lo más discretamente que sepas. Me refiero sobre todo a las casas de los alemanes, está contrastado, no se lleva poner servilletas en la mesa, tienes que pedirlas, con el riesgo de parecer un marrano que no sabes comer sin ensuciarte. Como tantas otras cosas, desconozco el porqué de esta manía, nada práctica por cierto.
Hola, soy yo de nuevo! Que me estoy leyendo un poquito tu blog… jeje Me encanta que hagas referencia a las serviletas, veo que no soy la única que las echa de menos, jajajaj Parece brujería, verdad? Es que es como si no existieran! Me he dado cuenta que incluso se limpian la comisura de la boca con los nudillos, te has fijado? Anécdota: «fuimos varios alemanes y españoles a cenar y como no había servilletas, uno de los españoles se acercó a la barra y trajo un taco para todos. Al repartirlas, solo queríamos una los españoles, ningún alemán quiso una!» Cómo te quedas? jajajaj
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Exacto!, con los nudillos o de cualquier forma discreta. Es un decir, es una marranada. Eso también me ha pasado, que busco servilletas para todos y no las usan, por sus cojones que no las usan!
A todo esto, hola Roseta!, lectores nuevos! yuhu! Pues me alegro que te guste el blog y te entretengas leyéndolo. En qué zona de Alemania vives?, llevas poco tiempo entonces por aquí? yo poco también no te creas, sólo un año, antes viví 5 años en Suiza, que son para echarlos de comer aparte también.
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Pues vivo en el sur, en Würzburg y llevo ya por aquí cuatro años y pico.. Sigo y comento en algunos blogs y me fascinan las curiosidades de este tipo, jeje Un saludo!
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