turbulencia

Del lat. turbulentia.

1. f. Cualidad de turbio o de turbulento.

2. f. Confusión, alboroto o perturbación.

3. f. Zona en que se desarrolla un movimiento turbulento.

El pasado lunes volví de Düsseldorf, volando. Con un avión vaya, no voy a volar con cualquier ingenio de Leonardo Da Vinci. Lo hice con el temor de estos días con la última variante de turno, la omicrón, habiendo pasado casi dos semanas medio recluido en Alemania salvo contadas excepciones y habiendo visto el sol un día y medio, que se dice pronto. Mis niveles de vitamina D quedaron por los suelos, pero ya estaba de vuelta a casa, donde las turbulencias políticas y sociales, que normalmente van de la mano, son de un nivel de hastío descomunal.

Y hablando de turbulencias, tuvimos turbulencias algo más al sur de París. Las señales lumínicas nos recordaron de abrocharnos los cinturones. Los hipsters recogieron sus aparatos electrónicos mientras que las hermanas que estaban sentadas a mi lado, se tomaron de la mano para sobrellevar de alguna manera las sacudidas del avión.

Técnicamente, es imposible que un avión pierda el control y se estrelle por turbulencias, o al menos, no hay datos concluyentes que validen esa posibilidad. El avión sufre los avatares del tiempo, las ráfagas del viento de aquí y allá, que paralizan y revuelven el rumbo del avión. Pero de ahí a que se estrelle el avión hay un paso.

De ahí uno puede sacar muchas conclusiones sobre todos estos días donde llueve sobre mojado, este viaje pandémico que se me antoja eterno, cuando parece que dejamos atrás todo esto, nos sacude con violencia una vez más, teniendo que dejar el cinturón abrochado todo el tiempo, por si acaso nos sorprende una nueva turbulencia.